Hace rato leía sobre
John, anécdotas, entrevistas, reseñas de sus discos, mientras escucho
The Will To Death una y otra vez. Alguien hablaba del impacto de las drogas en
Frusciante y de la manera en que se plasma en sus primeros discos en solitario, su cercanía con la muerte y lo mágica que fue su recuperación; también dice que es incuestionable el hecho de que si no hubiese vuelto a los
RHCP en 1998, hubiese muerto. Quizá, porque estaba escuchando
the will to death, la canción que da nombre al disco, fue que se me escaparon las lágrimas. No pude evitar sentir una profunda tristeza de imaginar que
John hubiese muerto, pero sobre todo fue una proyección.
Desde que me acerqué a su música y conocí su historia no pude dejar de sentir una enorme motivación para salir adelante con el ejercicio de vivir. Él, en aquel entonces, purificado del cuerpo y en camino espiritual salió adelante junto a sus amigos, hicieron lo que sabían hacer con esa algarabía mágica que desprende el
Californication.
Y ¿Cómo no? Si era el renacer de
John Frusciante y también el de Flea, Chad y Kiedis.
Más allá de su magnificencia musical, este disco ha sido y seguirá siendo de mis discos favoritos, sobre todo porque existe una historia muy personal ligada a él.
El verano del '99 lo compré en Cln. El solo de
scar tissue me colocaba, pero cuando le di
PLAY, y
around the world me sacudió, supe que estaba apunto de escuchar un gran disco. Lo escuché, me encantó. Sólo había escuchado el
Blood sugar sex magik de
RHCP y se podría decir que no conocía muy bien a la banda, pero el Californication tenía que ser lo mejor que habían hecho juntos sobre todo porque se ajustaba muy bien a mi feeling.
En el 2000 con el boom de
otherside varios compañeros de la prepa me lo pidieron prestado, se turnaban de a 3 días cada uno hasta que un buen día supe que no volvería a mis manos.
Eran las 8 de la noche más o menos cuando me pasaron una llamada por teléfono, que resulto más o menos así:
Yo: Dígame!
Voz desconocida: Hilda?
Yo: Sí ¿Quién eres?
Voz desconocida: Ah, mira: soy Jorge, amigo de Marisol. Ella me dio tu teléfono para que te pidiera prestado el californication.
Yo: -con cara de what?- ¿Qué? tu eres el famoso amigo Jorge de Marisol, orale... y te gustan los Red hot?
Jorge: Sí, soy Jorge, me gustan mucho los Red Hot, ¿verdad que si me vas a prestar el disco?
Yo: Sí, dile a Marisol que te lo de y me lo regresas con ella, pero nomás 3 días, eh?!Y para mi sorpresa ya lo tenía en sus manos, lugar de donde no saldría jamás. Esa noche nos quedamos tres horas hablando por teléfono. Al siguiente día me volvió a marcar, duramos toda la noche hablando y así durante varios meses. Primero me marcaba el todos los días y hacíamos las horas colgados del teléfono, luego empecé a marcarle un día yo y otro él. Empezamos a forjar una amistad bien bonita y rara porque a pesar de vivir en la misma ciudad sólo nos conocíamos por teléfono, hasta que, después de seis meses, me lo encontré en la calle. El jamás me había visto, ni yo a él, pero teníamos nuestras descripciones y sabíamos detalles de nuestra vida cotidiana que hicieron que nos reconociéramos al instante y a metros de distancia. Después de aquel encuentro nos empezamos a frecuentar hasta que un buen día se fue a vivir a hermosillo. Aún cuando vivía allá me marcaba y durábamos horas hablando y todavía cada tanto tiempo viene a verme. Yo jamás volví a ver el californication en mis manos, pero gané un amigo incondicional, que aunque lo veo poco sé que siempre esta pensando en mi y que me ama como a su mejor amiga.
Y cuando leas esto vas a llorar! hahahahahahaha!
Ahora, después de muchos años, cuando me encuentro refugiada en John y escucho este disco se me hace una capirotada de emociones, entre mi significado muy personal y lo que significo para los
RHCP y
Frusciante, aparte de que musicalmente no le falta ni le sobra nada, no puedo evitar ponerme chipil y cantar a grito abierto. Sniff!!