sábado, 30 de agosto de 2008

Cuando dije: Ya no espero, mentí.

El remedio para no publicar post azotados es escribir aquí mismo todo lo que siento que tengo que decir, luego... esperar un rato sin picarle “publicar entrada”, después de media hora todo estará mejor y puedo borrar esas líneas sin que nadie se entere de mis arrastres sentimentales.

Siempre habrá una pendejada que decir después de ello, justo como ahora mismo.



(ya hasta le había puesto las etiquetas, imagínate lo que contenía...)

jueves, 28 de agosto de 2008

Aclarando...

Estoy condenada a las despedidas furtivas y repentinas, a las relaciones estériles y por lo tanto a vivir el presente intensamente, aunque no siempre ha sido y es de esa manera. Antes, después de un adiós me quedaba la nostalgia, no solamente de lo vivido si no también del maravilloso y flagelante hubiera, pero ahora ya no es más de esa forma. El montón de experiencias que he tenido parece que por fin han forjado una nueva conducta en mí.

La precaria relación con mi padre, la inestabilidad de la mayoría de mis amistades y lo efímeras de mis relaciones de y/o en pareja. Todas anteponiendo su bienestar por encima de mis necesidades sin la menor intención de mediar condiciones. Dicho de esta manera parece que el amor nunca existió, pero tampoco soy tan dramática como para negar lo que sé que sí hubo. Todo el tiempo he demostrado el amor que siento hacia los demás asegurándome de que no duden de mi cariño, a lo mejor para evitar que se marcharan de la manera en la que todos se han marchado de mi vida, y claro… muchos han vuelto, muchos ahora mismo no volverán a irse.

Pero, yo poco a poco no soy la de antes. Ahora no me esfuerzo en demostrar lo que creo que con mi actitud es evidente, si en el pasado hube demostrado desesperadamente mi amor por los demás, quizá era porque muy en el fondo tenía la sensación de no ser correspondida y un afán encabronado por mantener cerca de mi a quien amaba. Al fin de cuentas todos se han marchado de mi lado por lo menos una vez, mis seres más queridos siempre han vuelto y han traído con ellos la confianza de una amistad sincera pero no sin condiciones. Todas las relaciones parecen poner condiciones que alguna de las dos partes terminará por no cumplir y parece que justo en eso radica lo hermoso del amor, que puede perdonar la falta de compromiso, los errores o cualquier otra justificación.

He dejado de pensar primero en los demás y luego en mi misma (esta sólo es una manera fácil de decirlo, porque siempre, inconcientemente o no, pensamos primero en nuestro beneficio) ahora pienso directamente sólo en mi. No faltó la loca que me dijera que me he vuelto muy egoísta y el listo que asegurara que siempre lo he sido, y me da risa, mis conversaciones son horriblemente honestas. Claro, no a todos les parece que sea la mejor manera de actuar, pero el bienestar con el otro empieza justo después del bienestar personal. Yo no me puedo permitir cometer los errores del pasado y sacrificar mis necesidades; tampoco es complicado lo que necesito: ser yo misma, honesta y que me comprendan.

Ya he sufrido un montón por personas que entran y salen de mi vida: familiares, amigos y parejas. La que estaba mal aquí era yo por aferrarme a siempre estar para el otro y cumplir sus necesidades sacrificando las mías sin más. Sufriendo para que los demás no lo hicieran y es demasiado cansado. Afortunadamente todo eso ya quedo atrás y ahora primero estoy yo. Me siento cómoda viviendo de esta manera. Parece que no, pero todos terminamos ganando, mis amigos y demás… tienen una Berenize mucho más honesta y fiel a si misma y por lo tanto segura de lo que tiene para darles. De cualquier manera seguirán saliendo de mi vida quienes tengan que hacerlo, es nuestro destino.

jueves, 21 de agosto de 2008

No puedo dormir, no puedo!!

Padezco de trastorno del sueño. Desde pequeña he tenido muchos problemas para poder dormir durante la noche. Cuando era bebe montaba fiestas hasta que amanecía y durante el día dormía como bendita. Los familiares se quejaban de que no me conocían despierta, pues siempre que iban a verme estaba placidamente dormida, hasta cuando me bañaban…bueno, y demás anécdotas.

Luego, el terror nocturno, que aún me hace sufrir. En los recuerdos más antiguos de mi infancia están estos temores a la hora de acostarme. No solamente por la oscuridad, también el ruido o simplemente un temor aparentemente injustificado, que después me dijeron que es paranoia. Viviendo así fue que logré adaptarme a dormir muy poco de noche y a veces durante el día una siesta, costumbre que sigo practicando.

Siempre fui una niña con mucha energía, pero en la adolescencia empecé a manifestar cansancio excesivo y somnolencia. Después de los 18 tengo breves periodos de narcolepsia y aunque pasados los 21 han ido disminuyendo todavía me hace sufrir.


Conocer la manipulación de las plantas como medina es la herencia familiar más importante que tengo y ahora mismo estoy haciendo uso de ella para aliviar mis malestares. Hace años el neurólogo me receto pastillas para dormir pero no las tomé y ahora he decidido que ya me harté de sufrir por falta de sueño.

Así que, tras dos días sin pegar pestaña me lancé a la bodega donde guardamos las plantas secas y con jarrito en mano fui recogiendo un puñito de tila, pasiflora, toronjil, valeriana, azahar, flor de magnolia y manita y un poquito de Damiana. Una riquísima tizana me puse a cocer. Te juro que no había terminado de tomarme la taza cuando el dolor de cabeza se me fue quitando y después de un rato mi cuerpo pedía camita y logré dormir dos horas y durante la noche otras 3 y así poco a poco he ido recuperando el ritmo.


Ahora tendré por costumbre tomar una tizana de estas todas las noches para poder relajarme y que con el paso del tiempo ya no vuelvan esos periodos de insomnio. Con el cóctel de relajantes que estoy tomando espero poder dormir las 8 hrs. que son necesarias en la noche y recuperar al 100 mi vida diurna y no volver a las somnolencias nunca más.

lunes, 18 de agosto de 2008

Hay que seguir.

No hay más remedio que escribir, aunque el sólo hecho de abrir el procesador de textos me cause mucha flojera y es que es así como me he acostumbrado a hacerlo. Volver, me significa muchísimas más cosas de la que cualquiera pensaría. No solamente porque aquí me siento inexplicablemente cobijada por mi pasado, sino por la necesidad de escribir de nuevo como yo misma, esta que siempre he sido, con mis párrafos aburridos y mi mala redacción.

Afuera hace buen tiempo, calor húmedo y una luz que baña los árboles con más color que en primavera, pero no me apetece estar sentada bajo uno de ellos. Recorrer el jardín y cortar las flores secas o por fin poner esa tela que proteja las rosas del ardor del sol, nada de eso me satisface ahora mismo. En cambio, estoy acá escribiendo sobre ello y puedo respirar mejor, imaginar el aroma de la tierra y sentir la vida que hay en el ambiente a mediados de Agosto –como todos los años- al caer la tarde.

Aquí. Encerrada con la refrigeración prendida, frente a la computadora y escribiendo, me siento mejor que allá afuera. Sí que debo ser rarita. Preferir estar recreando sensaciones en vez de salir y sentir todo a flor de piel, pero que le vamos a hacer, no hay más. Me gusta imaginármelo, recordarlo y volverlo a sentir; como si estuviera practicando para cuando ya no esté aquí, para no olvidarme nunca de lo que se vive en mi casa, en mi patio a mediados de agosto.


Y caigo en la cuenta: ¡A la, que bien que he vuelto! Y aquí me tienen, gozando nuevamente de venir a postear dos que tres frases que cuando las vuelva a leer me recordarán lo que estoy sintiendo ahora mismo; si sí deja cosas buenas tener el hábito de escribir. Escribir por escribir, sin necesidad aparente.

¿Qué pasa?

TODO



Bueno... como podrán darse cuenta, ¡¡Eh vuelto!!

Voy llegando del exilio y traje muchos post que escribí por allá, ya he colgado la mayoría pero aún me faltan algunos y otros que me llevé los traeré de regreso.

Es una emoción muy grande volver, sobre todo sana, salva y gustosa.


domingo, 17 de agosto de 2008