martes, 16 de octubre de 2007

sólo somos un par de osos con piel de leopardo.

EL AMOR, RODEADO CASI SIEMPRE POR UN ANTOJO...

El amor, rodeado casi siempre por un antojo
de olvido, avanza resuelto hacia las trampas
creadas para cazar osos con piel de leopardo
y serpientes con plumaje de cóndor.

Y el amor sobrevive a las heridas y ruge,
voladora, la envidia de los venenosos.

Francisco Hernández

No es que hable de nosotros, pero después de leerlo varias veces y sentirlo muy dentro de mi corazón, sé que nos describe. Para bien o para mal este amor lo siento así rodeado casi siempre por un antojo de olvido. Es el miedo, mi señor, lo que hace que en tiempos como la semana pasada, piense en olvidarlo todo y abandonarme en el vacío de ti, sólo que tus palabras llegan puntuales a mi corazón y calman esa ansiedad. Vuela entonces un suspiro que llega hasta mi oído y el aire que lo trae se trasforma en un abrazo cálido que me hace entregarme de nuevo en los brazos de la esperanza, esperanza de ti de mi, de nosotros… quizá, quizá, quizá.

Me emocionó demasiado leer a la gato y me contagié de Francisco Hernández, Entonces rápidamente me acordé que me estoy enamorando.

Snif!! Así o más Loba! Como diría Moisés.



Ruidismo: "¡Ay, me siento una melcocha!"

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