domingo, 28 de octubre de 2007

Lovely Rita

Soñaba que corría por un gran campo lleno de flores, enmarcado por una cordillera rosada en un atardecer perfecto. El pecho presionado por una gran felicidad, efímeramente, le tenía dentro de su cuerpo sostenido de las mamas. No sabía si llorar o reír, los ojos parecía que se salían de júbilo, dicha, espanto u horror. No podía controlar las emociones. Corría llenándose los pulmones de salvación, aquello le sabía tan bien que al llegar a una colina, paró su carrera para contemplar su realidad sur real. No necesitaba saber que era lo que la tenía poseída, se conformaba con sentir que un latido le recorría el cuerpo dándole escalofrío y, como era costumbre en ella, se abandonó al goce.

Se despertó en el parque, ya era de noche. Un farol le iluminaba la cara haciéndole un cenital perfecto. El bolso aún se encontraba tirado sobre una baldosa. Estaba tiesa, casi a punto de congelarse; serían más o menos las 11 de la noche en todo su sereno. Avergonzada, cual puta mustia después de un negocio, cogió su bolsa y marchó rumbo a su departamento.

Al llegar a casa lo primero que hizo fue poner lo necesario para prepararse un café que le devolviera el calor a su cuerpo gélido. Recogió el desorden del desayunador, cambió la bolsa del cesto de la basura y volteó recorriendo lentamente todo a su alrededor, checando que algo estuviera fuera de su lugar para ir inmediatamente a acomodarlo. Estaba ansiosa, al no encontrar mayor desorden del ya solucionado, volvió su mirada a la cafetera que lentamente goteaba sin terminar de llenar la taza. Taconeaba sobre el piso de cerámica haciendo un estrepitoso ruido que le taladraba los oídos, pero era mejor que estar en silencio total. Por fin estuvo listo el café, tomó el recipiente entre sus manos para que el calor que le quemaba le llegara a la cabeza; necesitaba salir de esa conmoción. Se fue a la sala y con el control remoto le dio play al stereo, se quedó meciendo el cuerpo y susurrando.

[Remember the first time i told you i love you, it was raining hard and you never heard. You sneezed and I had to say it over; “I said I love you” I said… you didn’t say a word, just held you hands to my shining eyes and smiled as you kissed me…] there is no if - the cure

Sentía la asfixia. Jalaba mucho aire y lo sostenía dentro de sus pulmones, luego exhalaba lento. Paladeaba como buscando un sabor que no era el propio del café, sino algo más, algo que sabía que estaba en ella, pero al no encontrar una evidencia, secuela o rastro de ello, se sumía en una profunda tristeza.

[… “if you die” you said “so do i” you said… and it starts the day, you make the sing. “Tell me I’m forever yours and you’re forever mine, forever mine”…] there is no if - the cure

Esa melancolía decantaba lo que estaba bebiendo y la cafeína se le metía por las venas, quemándole todo lo que fuera ausencia, luego el agua le salía por el lagrimal en forma de gotas que escurrían soledad. El corazón le latía cada vez más rápido, al tiempo que la asfixia fue tal, que soltó la taza. Cayó rompiéndose en pedazos y su cuerpo se desvaneció sobre el sillón. Ya no pudo más que soltar el llanto.

Y es que una vez que se escucha, huele, saborea y siente el amor, no podemos vivir más sin él. Aunque nos vuelque los sentidos, nos trastoque la realidad, nos llene de júbilo o nos ahogue de tristeza. Por eso Llora tirada en la sala de su departamento, porque sabe que por fin le tiene; pero no le ve, no le encuentra a su lado, ni merodeando sus recuerdos.

3 comentarios:

LA Matrsuhka dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
licuado mental dijo...

quiero entender este post como algún tipo de manifestación artística, porque confío en la humanidad.

Pater Noster dijo...

asfixiantemente pocamadre