miércoles, 10 de enero de 2007

• Tristeza – Melancolía – Nostalgia



Un buen cigarro asienta el alma, sobre todo porque tenía todo el día queriendo fumármelo y necesité que se me volviera a ir el alma unos milímetros del cuerpo para correr a comprarme unos delicados con filtro.

El amor ya no es lo que era. Tengo melancolía de la melancolía pues tampoco es lo que solía ser… jajajaja… es de reírse más cuando lo que era melancolía transmutó en tristeza, de esa tristeza pura.

Estaba leyendo un ensayo de salvador Elizondo sobre la tristeza y mi tristeza es de esa que tenía Mallarmé, según Elizondo. Y es que este año llegó sin melancolía y me hacía sentir vacía, pero hace ratito mientras fumaba mi cigarro me di cuenta que la tristeza siempre esta con los tristes como yo. Más bien lo que siento ahora mismo es melancolía de mí cuando tenía melancolía de alguien. Bueno, de pronto el escuchar canciones, leer poemas que compartía para alguien deja de punzar donde duele la melancolía y me daba una sensación de ausencia de sentimientos, cómo muy prozaica (de prozac) pero no es más que tristeza pura, de la bonita que se goza, de la que nunca puede llegar a ser depresión. La melancolía se extraña cuando una cree que es el leiv motiv de lo que escribe y una vez que me descubro sin ella empiezan los cuestionamientos, ah pero es bien satisfactorio darse cuenta que no es así. Así cómo hay gente distraída, perfeccionista, testaruda, alegre, existen también los melancólicos y los tristes. Lo que pasa es que la melancolía es a veces, también, pura como la tristeza. Lo que cambia es el motivo por el cual se esta melancólico, es la pequeña diferencia entre la melancolía y la tristeza. La tristeza sólo es, un sentimiento cómo lo era para Baudelaire, o la ausencia dé cómo lo era para Mallarmé. Cómo un diamante en bruto dijeran los teatreros. Sólo es. Llega y se va y rara vez se sabe por qué. La melancolía es un abismo mientras que la tristeza apenas un túnel.



Y al hablar de la melancolía como un abismo recuerdo el mar. El mar. El mar es uno de los factores universales de mi nostalgia. Cuando me di cuenta de que extraño el mar de Mazatlán, se me vino la nostalgia encima. Ni tristeza, ni melancolía… simplemente nostalgia.

Y la nostalgia nos hace inseparables,
vivos, cercanos y cotidianos.
Palpables el uno en el otro a cada letra
Y susurro.
Cómo aquel poema, aquella canción
Que afablemente compartíamos sin rencores.

El mar que me entristecía del verbo melancolía
Ya no suena agudo en la boca de mi estómago.
Ahora es un lindo murmullo que con silbidos
Sigo su melodía / llana, paupérrima de locuras.

Y que hermoso es mirarte en el recuerdo
Y encontrar nostalgia de lo vivido
Y no renombrar esa melancolía de lo que pudo ser.
Me enamora el desamor cuando sabe a nostalgia.
Que locura insospechable la de aquellos niños
Que jugaban en la arena superflua.
Chascarrillo de Dios padre, querido.

Mírame ahora con nostalgia
¿Apoco no luzco bella? Me sienta bien.




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