miércoles, 2 de abril de 2008

Paz onírica


No son los últimos labios que han besado los míos, sin embargo soñé con ellos. Carnosos, casi rojos y una lengua que atropellaba mis instintos. No es la unión de nuestros labios lo que, al despertar, me hicieron recordar todo el sueño, sino la sensación de paz que respiraba por la mañana.

Su compañía me da serenidad aunque no nos vemos muy seguido. Cuando estamos juntos parece que nos conocemos de años, pero en realidad hace apenas unos cuantos meses platicamos por primera vez y no intentamos conocernos porque parecía un juego de descubrirnos uno en el otro. A primera vista me pareció insignificante o mejor dicho un hombre como cualquier otro, pero cuando fui descubriendo sus pasiones encontré que mucho de él había en mí y la química jamás se pudo negar.

Si me hubieran dicho que algún día le iba a tener entre mis piernas, me hubiera reído mucho y no hubiera dado crédito a tal locura; cierto, me encanta su compañía y cuando estamos juntos cerramos la platica como si nadie mas estuviera ahí, pero no sería suficiente para pensar en un rollo entre los dos, sin embargo pasó, sin darnos cuenta, a manera de juego, sin agobios y nada más, tan amigos como siempre.

Anoche he soñado con él y de nuevo sus labios buscaban los míos de una forma natural, pero sin impulso sexual en cambio sentía tanta ternura que la paz de ese sueño se prolongo hasta ahora. No suelo hablar mucho de este tipo de temas, no es la unión de nuestros labios lo que me motiva a escribir este post, sino esa paz que empezaba a extrañar y que ahora me da fuerza para seguir mi camino.

No hay comentarios.: