lunes, 7 de abril de 2008

Esperando...


Yo también puedo irme a vagar por mi vida y olvidar que alguna vez te quise. También puedo ocultarme tras la sombra de un gran árbol y evitar enamorarme, pero no es fácil olvidar cuando aun se quiere.

Al principio requerí cubrirme la cara de cera para inmortalizar una sonrisa, pero el sol de la primavera la fue derritiendo y queda sólo un cascajo de falsa felicidad que ya deja ver la tristeza de mis ojos contrastando con esa sonrisa inútil que me cuelga de la boca, esperando a que llegues... como si fueras a llegar.

Espero, pues, ansiosa la llegada del verano y con el calor borrar esa mueca de mi cara, aguardar me a las aguas para purificar mi alma con agua de cielo, lavar mi rostro de rastros de amor y esperar el otoño con cara nueva; que si no vienes para otoño ya no vengas. Descanso en invierno, que me han contado que las guerras terminan en primavera.

La mujer de un Hombre que se fue a la guerra.

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