miércoles, 5 de marzo de 2008

la (a veces) pinche ley antitabaco en México.


Y no lo digo porque me cabree el no fumar en todos lados, porque de hecho no lo hago, sólo que se me hace un tabique más en la gran muralla que se construye entre los seres humanos. Discriminación, intolerancia, aumento de indiferencia hacia la buena comunicación entre personas, a todo esto y más es a lo que me huele el nuevo aire "libre de tabaco".



Y ha que está muy bien hacer áreas de fumadores y áreas libres de humo en restaurantes, cafeterías, bares, antros y lugares cerrados, muy bien. ha que está maravilloso que en los locales para eventos infantiles no sea permitido fumar, maravilloso. Todo muy bonito. A mi no me gusta entrar a un lugar que está invadido de humo, se me irritan los ojos y me quedo totalmente impregnada de olor a tabaco quemado y no muy frecuentemente me dan nauseas por el exceso de humo, muy y a pesar de que soy consumidora de tabaco, y me da gusto que se tome está clase de medidas preventivas para la salud de todos; nunca he considerado justo que los no fumadores se tengan que tragar el humo que exhalamos (por estética, porque si no me lo quedaba todo dentro)los que decidimos libremente, y en pleno uso de nuestras facultades mentales, fumar, y todos los perjuicios que nos trae al organismo.

Lo que no me parece muy correcto es que se haga bajo una bandera de discriminación e intolerancia, ya que hacer publicidad a la ley antitabaco con imágenes de personas fumando, retratando el habito de fumar como enfermo y vicioso, haciéndolo parecer aberrante y repulsivo bajo el estigma de mala costumbre y no es que no sea todo lo anterior, sólo que todos "tenemos la libertad" de hacer lo que deseemos con nuestro cuerpo y vida, y al hacer uso de este tipo de señales se está atentando contra los derechos del individuo de libre elección y nos hace ver como seres que corrompemos el sano funcionamiento de la sociedad, siendo que fumar es una de las costumbres más antiguas. Nos da a entender que sólo pretende el bienestar de la población no fumadora y que va contra los que atenten a su derecho de respirar aire libre, hasta cierto punto una agresion hacia los fumadores, y no una mejora en general. Más que ir a por la salud de una parte de la población se debería apostar también por medidas de educación y respeto de ambas partes, que esto seguro que nos vendría mucho mejor tanto fisiológica como socialmente.

Al llamarnos fumadores de una manera peyorativa se da un paso hacia el aumento de un rencor intrínseco hacia los que, para bien o para mal, somos consumidores de tabaco, y en vez de crear leyes de sana convivencia se crean leyes de prohibición contribuyendo a la formación de una sociedad cada vez más hostil e individualista, donde la diversidad, sensibilización y respeto mutuo son conceptos cada vez más olvidados, y donde lejos de ir hacia un futuro mejor vamos directo hacía una modernidad de falsa moral.

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