domingo, 25 de noviembre de 2007

Ya sé que soy hiperestésica!!

Por días como hoy es que me deprimo. Levantarse temprano es asqueroso, más cuando no tengo algo por hacer o mejor dicho, cuando no se tiene ganas de hacer mucho.

Levantarse, caminar como zombie hasta el baño, quedarse alrededor de 10 minutos abandonada en el trono, DORMIDA, como solía hacer cuando iba a la escuela de publicidad. Siempre (porque aquí sí aplica el concepto de invariabilidad) me levantaba y caminaba, aún dormida, hacia el baño y ahí me despertaba después de 15 minutos, hubo veces en las que me despertaba bajo la regadera e incluso, alguna vez más, desperté arriba del camión, rumbo a la escuela. No es cosa rara que a veces me levante dormida, ni que pueda mantener medianamente una conversación, pero ahora, justo ahora que no tenía nada (me refiero al trabajo) por hacer, me levanté muy temprano.

Así que, después de despabilarme, me metí a bañar y volví a meterme en la cama a disfrutar de un libro (La otra historia de México. Juares y Maximiliano, la roca y el ensueño, de Armando Fuentes Aguirre “Catón”) que estoy leyendo lentamente y que, a pesar de tener meses con él, no quiero terminar. Bueno, después de leer algunas páginas, me quedé observando mi recamara y empecé a sentirme incomoda con el orden de las cosas (que raro), para no darle muchas vueltas al asunto me salí a desayunar algo y a checar si había una nota de trabajo para mi y sí, había que surtir un pedido de la bodega y enviarlo hacía el negocio, pero era muy pequeño y tuve el resto de la mañana libre para hace nada.

Cualquier día, aprovecharía para dormir (porque amo dormir en la mañana) pero justo hoy, no tenía sueño y ahí va la Berenize a sentarse frente a la PC (como todos los días sí, pero ahora tenía todo el tiempo disponible para atender cualquier asunto online). Revisé mi e-mail, blog y me dio hueva, no encontré nada interesante. Me fui al bloglines y me clavé en cierto blog, leyendo la actualización y viendo los comentarios, así de patético mi día.

Para salirme de la blogósfera y hacer algo más productivo, me puse a cambiar todos los muebles de mi cuarto. Tardé horas en poder mover la cama sin sacar nada y reacomodar las cosas, pero al fin pude encontrar nuevamente respirable mi cuarto. Dice Omar que soy una obsesiva compulsiva, y sí, bueno, sólo a veces.

Con un día tan pinche pinche, lo único que quería hacer por la tarde era salir corriendo lejos de casa, del trabajo, los libros, abandonar el libreto, es más, esconderlo; apagar las bocinas, cerrar los ojos y despejarme de mis achaques de dramaturga chafa. Lo mejor que puede pasar es salir a dar una vuelta o al cine, pero puras porquerías hay en cartelera, snif. Lo peor, no hice nada de eso. Me he quedado escribiendo, leyendo, checando comentarios ácidos de unos malos bloggers, (para distraer al clown que llevo dentro) escuchando a Cerati, extrañando a Omar y comiendo moronga, snif!!

Ruidismo: Dios mío, apiadate de mi y regalame una nueva vida. Algo superficial y banal, porfitas!!

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