viernes, 30 de noviembre de 2007

un Jairs y una Berita mija

No sé como empezar este post, sólo sé que quiero hablar de Jair y de lo que ha significado en mi vida. Hace años, cuando entré al TLAUAS, andaba en una etapa de depresión postpunk que me traía choqueada, por lo mismo al entrar al grupo no le hablaba muy bien a los demás. Interactuar con la gente era algo que se me estaba olvidando como hacer y entrar al taller me cayó de perlas. Siempre llegaba y me quedaba sola y en silencio (raro en mi, lo del silencio, pues) tan huraña y apática que me costó casi un mes poder cambiar de actitud, pero uno de los primeros en acercarse a mi, y que disfruté de su compañía, fue Jair.

Resulta que en aquel entonces yo andaba toda perforada de mi rostro y eso le llamaba la atención, lo supe porque una de las primeras platicas entre nosotros, ya de manera personal, fue sobre el body art, tema por demás apasionante para mi, así lo llevé a que le perforaran, no recuerdo si la lengua o la ceja. No fumaba, juro que cuando le conocí no lo hacía, pero empezó a hacerlo y se compraba bensons mentolados como los que usé fumar en aquel entonces de mis tiempos de zorra catrina, que cuando hube entrado al grupo de Arturo empezó a terminar.

Yo andaba pelona, hacia menos del mes que me había tumbado la moha y estaba dejando crecer mi cabello al parejo. Juntos empezamos a checar cada tanto tiempo quien lo llevaba más largo, hasta recuerdo que Robertito mijo me echaba mucha carrilla hasta me decía Rapulzel cada que le presumía mi "larga" cabellera que, por supuesto, crecía len-tamente.

Sin darme o quizá sin darnos cuenta empezó entre nosotros una amistad más allá del común y se plagó de complicidad y magia, aunque me cambió por la peque y de pronto ya andaba con ella para todos lados, pero no importó seguíamos o seguía, yo, sintiendo ese afecto especial.

Crecimos, nos descubrimos, maduramos y a saber cuanta cosa más que aún no nos ha caído el 20, durante la temporada "El rostro transfigurado de la Mujer". Él en el montaje de "Los dos verdugos" de Fernando Arrabal y yo con "Las extrañas maravillosas" de Ramón Perea, en un proceso difícil, cansado, mágico e inverosímil y clave en nuestra deformación, tanto personal como del sentido critico teatral. Definitivamente hay un antes y un después en nuestras vidas después de aquel entonces y que en la actualidad nos está tocando acentar para conseguir el siguiente gran paso, cualquiera que ese sea, entonces ¿Cómo no sentir un amor entrañable por una persona que estuvo ahí mientras nos volvíamos de barro y nos empezábamos a modelar uno frente al otro a veces con lágrimas de cansancio y otras con risas de desesperación, más sin embargo siempre presentes aunque no necesitamos hacer la confesión sacerdotal para sabernos y entendernos?

Es lógico que a dos años y medio que ya no vivimos en la misma ciudad de pronto nos alcance la desesperación por no tenernos próximos y hacer cortas las tardes mientras tomamos café, una tisana o un smoothie.

¿Te acuerdas, Jair, de cuando pasabas por mi para irnos al taller o cuando me ibas a dejar? O cuando nos íbamos con Don Amable, al safari, a la bara gae, al Pablo Villavicencio, a la lumiere, a forum, con Arturito mijo y etc. por todo Culiacán. Aay! y nuestros tiempos de Holistas y la vida zen que nunca me gustó, menos eso del Tao del amor en el que tú si te clavaste, jajajajaja... es divertidísimo acordarse de los buenos tiempos, pero la verdad no terminaría jamás de hablar de ello, ya sabes como soy con esas cosas y como bien dice Peque, termino platicando lo que pasó, lo que pensé que pasaría, lo que pensé que pensó la tercera persona, de que color era el carro que iba pasando y haciendo montones de gestos y todos con cara de "callenle la boca", ahh que bonito verdad? Cuando pensaste que extrañarías eso? Jojojojo! Yo sí pensé extrañarlo, jajajajaja. Sobre todo tus chistes Jairs, pero bueno... resumo diciendo:

"TE QUIERO UN CHINGO"


Falto yo, en esas fotos!!! snif!





PD: Si tienes una foto de los dos juntos en tu pc pasamela, no?

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