martes, 20 de noviembre de 2007

La cruel realidad.

Vivir cerca de una persona que está enferma de cáncer es patético o será que los enfermos de cáncer lo son? Estar cerca de alguien que reclama atención, amor y compasión realmente lo es, aunque tenga VIH o esté fisiológicamente sana. Tengo 8 años tratando y viendo de cerca a enfermos con CA y a sus familiares; he vivido por periodos largos dentro de un hospital hasta acerme inmune al área de oncológica y la caja de pandora que nos dan junto con el diagnóstico.

Es la verdad. Uno se acostumbra a ver lineas de pelos desde la entrada al hospital, mismas que van a dar hasta la sala de espera de oncología (a simple vista parecen hormigas y es hasta después de pasar el archivo clínico cuando nos damos cuenta de que en realidad son pelos, porque si fuesen insectos darían vuelta a la izquierda y se perdería el rastro frente a una puerta donde hacen la prueba del diabetes). Luego soportar las caras largas de los acompañantes que miran estrepitosamente hacia todos lados como buscando en un rincón a dios; de súper hueva. Está prohibido sonreir, tener buen humor, bromear, hacer chistes, cantar y todo lo asociado con la alegría, porque OJO, estás en una sala de espera llena de cadáveres en potencia y eso no es bastante cool que digamos, al menos que seas necrófilo. Chin.

Pero pasar tanto tiempo entre médicos, enfermeras, farmacias, laboratorios, etc. Tiene su lado positivo, como por ejemplo: Poder tener charlas con los doctores sobre los síntomas y el posible diagnostico, proponer terapias caseras para la mejora del paciente, poder mantener la calma mientras a tu efermito le sacan casi 3 litros de líquido pleural, interpretar radiografías (se ve una re chida alzando la lámina y entrecerrando los ojos y después hacer un gesto de aprovación), salir del laboratorio con los resultados del análisis de sangre y poder decirle al doc. que tus niveles de hemoglobina están normales y las plaquetas siguen siendo suficientes. Pequeñeses que le hacen a uno la estancia, en oncologia, más ligera.

Al principio cuando empezó mi madre con el tratamiento las cosas para mi fueron, ni que decir, terriblemente extrañas y dolorosas, pero al ver la actitud de ella ante la enfermedad me sirvió para despojarme de las incomodidades que acarrea estar rodeado de gente que lo mira a uno como niño teletón. Mamá se levantaba temprano, como todos los días, tomaba un baño, arreglaba su cabello, vestía, maquillaba, desayunaba ligero, todo igual, sólo que en ve de ir hacía el trabajo iba a su sesión de radioterapia. La rapada le sentó bien, se miraba mucho más guapa, resaltaba su enorme belleza y su hermoso cuerpo, magnifica. Aunque no todo es miel sobre hojuelas, también tenía sus días que se la llevaba la chingada y otros donde no quería ni levantarse, pero qué madre... el cáncer es cabrón y OJO yo no he dicho que no sea una enfermedad terrible y despiadada, sólo afirmo que puede más la actitud ante las circunstancias que la enfermedad en sí, por lo menos para tener cálidad de vida; mami la tuvo, aunque murió. nunca se dio por vencida, siempre conciente de lo que estaba viviendo, que no era el fin del mundo y que en realidad todos de algo nos tenemos que morir. Lo chingón de mamá era que no le tenía miedo a la muerte, era maravilloso verla sonreir con un cateter, oxigeno, en silla de ruedas y aún así cantando sus canciones favoritas agarrando aire porque se axficciaba. Murió, sí y si en mis manos hubiera estado no hubiese muerto en Abril del 2004 sino unos meses antes cuando dijeron que solo quedaba esperar a que llegara la señora por ella para llevarsela y no traerla nunca, así quizá le hubiese restado dolor físico pero sobre todo, por vanidad, porque en el ultimo mes se le deformó el rostro, hasta he pensado que quizá se vio con esa apariencia y fue realmente eso lo que la mató, era bellísima, merecía morir bella, pero el cáncer ya había hecho lo suyo.

Mi segundo round oncologico es con la hermana de mi madre, me toca acompañarla a todos lados, bañarla, cambiarla, etc. y eso es lo más liviano, pues la hora del desespere es cuando adopta esa postura de martir, con cara de niño limonsnero o como diciendo: "compadecete de mi, tnego CA" que mega hueva. Cuando se enoja porque ando cantando y sonriendo, cuando le hago bromas a las señoras en la sala de espera, como si estuviésemos en un velorio y me estuviera burlando del muertito, ahhh... que desesperante!!! que se supone que tengo que hacer? Callarme mis chistines, poner cara de margarita, no hablar, no respirar? La verdad no hago nada de eso, sigo siendo la misma, lo que me da infinita hueva es que de aquí hasta el viernes y quizá también el lunes tendré que levantarme muy tempranito para soportar yo sola todos esos achaques psicologicos de los enfermos de CA. quizá a eso me hace falta hacerme inmune.

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