la dura realidad.

¿Por qué las mujeres que concluimos relaciones cuando sabemos que tarde o temprano terminaran mal, muy a pesar de estar enamoradas y ser correspondidas, somos etiquetas como egoístas, inmaduras, crueles, malvadas, brujísimas?

También me han dicho que soy inestable emocionalmente y que por ello tomo ese tipo de decisiones, que soy una mierda para las relaciones, y bueno... estoy totalmente de acuerdo con mi inestabilidad emocional, pero ello no me hace ser una hece cuando me relaciono con los demás, aunque la cague de vez en cuando.

Hay situaciones tan puntuales entre una pareja que se necesita conocerse lo suficiente a uno mismo para saber que no cambiaremos nuestra postura ante determinada situación. Por más que la otra persona jure y perjure hacer lo posible por establecer mejores oportunidades para estrechar los vínculos, hay veces en las que no hay tiempo suficiente para permitirnos averiguarlo o para la espera de mejores resultados.

Cuando el fallo es tan determinante y se sufre más de lo que se goza, creo que cualquiera preferiría cortar aunque implicara un dolor profundo, en vez de ir subiendo y bajando en un carrusel de peleas y reconciliaciones que cada vez desgastan más a ambos. Se me hace tonto, estúpido y cobarde seguir ahí con la férrea ilusión de que algún día todo ira a mejor.

Pero hay quienes se aferran al otro por no estar solos, por prologar su existencia en la vida de la pareja y/o para tener más seguridad en si mismos; las tres cosas me parecen absolutamente patéticas. Yo misma hube caído en ello por años, pero realmente me he cansado.

Aquellos tiempos, cuando estar enamorado y ser correspondido lo era todo y valía tanto la pena cualquier sacrificio para mantener esa realidad, ya pasaron, lo siento, y no quiero volver a ello. Hoy voy más allá. Mi bienestar emocional lo vale.

¿Tan difícil es aceptar que no cumples todos los requisitos para estar a mi lado, que eso no te hace ser peor persona, pero tampoco a mi me hace ser la mala del cuento?