miércoles, 9 de julio de 2008

Regresé, otra vez.

Cualquiera creería que he perdido el juicio, pero en realidad lo he ganado. El futuro inmediato me da la razón cada que se convierte en presente. Vuelvo a escuchar mi música, la que me trae de vuelta a la realidad y me cachetea diciendo: no te mal viajes por pendejadas, ahora menos que nunca tienes que pensar en los demás antes que en ti misma. Y bien sabes que yo no le hago caso a nada más que a mi música.

Empiezo a escribir como hablándole a Dios, ese que me cobra el diezmo por adelantado. El muy pinchi viene a leerme y de seguro se está sobando los bigotes y carcajeándose de mi desvergüenza. Creo que le encuentro sentido al escribir cuando pienso que me lee, porque para muchos podrá ser pretensión hablar de uno mismo, pero sólo Dios sabe que también es mi necesidad y acaso no es capaz esta mujer de ser sincera, de escribir con la frente en alto sin temor a lectores malintencionados o mejor dicho -para no echar mentiritas- pasando sobre el ego de esos mala entraña. Pues sí, pues.


Hasta hace muy poco traía toda la bilis en la garganta, me provocaba nausea hasta que por fin vomité, después de enjuagarme la boca por fin vuelvo a vivir. Ahora las sonrisas son sinceras, mi mirada vuelve a ser transparente y ya todo mundo sabe que no se puede jugar conmigo. Muajaajaaa!! Soy realmente malvada cuando me lo propongo. Correcto, todo es premeditado, no es la ira la que me domina aunque parezca lo contrario, ahora que me conozco mejor puedo darme el lujo de disfrazar emociones pero jamás podré ser hipócrita, lo siento, en verdad lo siento desde el fondo de mi corazón.


DATO EXTRACURIOSO: ¿Qué pinches madres sabe el mundo de mi? Con gran fascinación me descubro a mi misma en ese mood en el que todo me entusiasma y motiva, y Ahora menos que nunca estoy dispuesta a volver al letargo. Así que ya lo sé con la vara que mides serás medido. Tampoco crean que es tan importante el mundo y todos sus amigos.

No hay comentarios.: