domingo, 15 de julio de 2007

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Ando reciclando dos textos que ya publiqué anteriormente en mi sur Realidades y me viene bien traerlas a colación ahora mismo.


y la nostalgia nos hace inseparables
vivos, cercanos y cotidianos.
Palpables el uno en el otro a casa letra
y susurro.
Como aquel poema, aquella canción
que afablemente compartçiamos sin rencores.

El mar que me entristecía del verbo melancolía
Ya no suena agudo en la boca de mi estómago,
ahora es un lindo murmullo qe con silbidos
sigo su melodía / llana, paupérrima de locuras.

Y que hermoso esmirarte en el recuerdo
y encontrar nostalgia de lo vivido
y no renombrar esa melancolía de lo que pudo ser.

Me enamora el desamor cuando sabe a nostalgia.
Que locura insospechable la de aquellos niños
que jugaban en la arena superflua.
Chascarrilo de Dios padre, querido.

Mirame ahora con nostalgia
¿Apoco no luzco bella? Me sienta bien.

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Los Dos tritones (remasterizacion)
Una conversación estéril trunco el paso fugaz de cuatro aves que danzaban en el aire, pues el hechicero aventando un conjuro hizo que todo permaneciera en silencio mordaz.
El cielo llovió gotas enormes amarillas y cubrió el pasto de color azul pastel, el agua de unos ojos se volvió violácea y a mi piel se le ocurre volverse rojiza.


Abrazándome lentamente entre la desnudez de la playa y unos ojos escurridos, que son dueños de una imagen guardada y muchas añoranzas impresas ahora en papel. También son los ecos de una realidad adulterada de recuerdos callados. Sólo habla el mar y susurra memorias el aire. Muta el canto de las serpientes marinas en música launge. Lejos de la maquinización del suburbio, lejos de la inmundicia de concreto, se encuentran el día y la noche prematuramente y todo cae en colores ocres.

Una arena absorta y unas caracolas que aprendieron a reír ante el sonido de una guitarra jaspeada que hace también que brote la sonrisa de la faz de los tritones. Los ojos caen y un murmullo recorre los oídos y lega al interior socorriendo palabras olvidadas y llamando nombres fantasmas. Siguió corriendo por seis cuerdas el olvido, la inmolaridad del tiempo, la inquietud de la fantasía y nadie pregunta ¿por qué? Y si llegase a preguntar no habría quien respondiera con palabras legibles, pues esa sur realidad sólo fue vivida ante los ojos violáceos de 2 animales estrepitosos que no hablan un lenguaje humano. Me lo han contado a mi esta noche en algo semejante a un sueño.
Yo sólo recuerdo el murmullo del aire callando en la imaginación de esa escena ficticia, sólo recuerdo el bisbiseo del mar taciturno, el rojo de aquella piel y la mirada perdida entre el tiempo y la lluvia amarilla.


Ya casi la noche los atrapa y es mejor partir hacia la locura, a una in sanidad mental-conductual y seguir en una vida ilógica, irreverente de realidades, donde nada extraña, donde nadie cree volver a vivir como dentro de un cuadro. Ahí mismo sale la música de cajas y no de guitarras y menos de palabras de amor para adornar días grises de fríos otoñales. Sin piel roja, ni lluvia amarilla, pasto azul una irrealidad. Dulces tritones riendo sin que nadie lo note. Bueno, no todo es un niño muerto, ni una mar que calla para que se dejen oír los pasados de dos que coincidieron quizá en un cuadro o en un disco compacto o en la desquiciada realidad Prohibida-Prohibido.

1 comentario:

BELMAR dijo...


Vuelve siempre, te estaré esperando...

"El ser deja de saberse extranjero
dentro de aquel cuerpo flagelado
y se repliega para alcanzar su fin."

( Desde "Palimpsesto" )


BELMAR