lunes, 12 de enero de 2009

Grandes Amigas

Recuerdo vagamente el día que conocí a Paloma. Eran tiempos culturosos. Me dedicaba las 24 hrs. del día al teatro. Ella llegó bajo muy buenas recomendaciones de Arturito mijo, para trabajar como actriz en "Los dos verdugos" de Fernando Arrabal que, en aquellos días, estábamos montando. Altiva, con paso firme y cadencioso como una Diva. Fumaba de lado y acomodaba la trompa tan singularmente al exhalar el humo que parecía literalmente una chimenea, eso sí, una con mucho estilo. Me cayó mal desde entonces.

Durante los ensayos convivimos poco ya que el grupo se había dividido en dos montajes y obviamente no formábamos parte del mismo elenco. Siempre creí que esa fuerza que proyectaba no era más que su mamonería de Diva de pueblo hasta que la vi por primera vez en escena el día que se estrenó Los dos verdugos en Culiacán. Me impactó su expresión corporal y entonces justifiqué la fuerza de la que antes hablé mas no la mamonería que emanaba fuera del escenario. Me siguió cayendo mal.

Un día después del final de la segunda temporada de Los dos verdugos como de Las extrañas maravillosas (donde actuaba yo) fue también el día que murió mi madre y por la noche la fiesta en la que ella me diría una de las frases que más he menospreciado: "TU Y YO PODRIAMOS SER GRANDES AMIGAS", a lo que yo respondí directamente: TU ERES DEMASIADO FRESA PARA SER MI AMIGA, y, caray, quién diría; pero por supuesto que me seguía pareciendo muy pesada.

Y así pasó el tiempo, yo me vine a mi montaña y ella se volvió gran amiga de Isabella. Se entendían de maravilla ya que Isabella también cae de vez en cuando en las poses de mamonería divezca y quizá se dieron cuenta que juntas hacían buena combinación, pero más que nada se acompañaban, se entendían, compartian el carrusel emocional y una cuidaba de la otra. Isabella me contó que Paloma le había prestado una chamarra para poder soportar el frío sonorense, cuando vino al FAOT en el 2007, podrá resultar una mamonería de mi parte pero realmente medí el valor humano de Paloma con ese gesto y sobre todas las cosas pensé que eso mismo hubiese hecho yo. Entonces también empecé a tomarle cariño y a pensar seriamente que después de todo quizá sí podríamos ser muy buenas amigas.

Aún así, jamás habíamos tenido una conversación donde departiéramos solamente nosotras dos, ni una grupal que durara más de diez minutos amén de mi comportamiento hostil y su divez. Fue hasta halloween, en la más reciente fiesta de cumpleaños de Esteban mijo, que pudimos concretar nuestra amistad también fue la primera vez que tuvimos una charla personal. Cuando nos vimos parecía el reencuentro de dos viejas (cof cof) amigas que se decían lo maravillosas que lucían, lo hermosas que estaban, lo mucho que una le hacía falta a la otra cada vez que buscaban el contacto físico que necesita el exceso de una emoción. Ví a su hijo tan grande que no le reconocí, ella le llamó y le dijo que se durmiera en los brazos de su tía Brujísima y cuando me descubrí acostando a Dieguito en su cama me sentí parte de esa familia.

Luego vinieron los excesos, manejamos a las cuatro de la mañana por medio Culiacán buscando cigarros y cervezas, hablando de la vida del amor mientras manejábamos un bocho a cuatro manos punto ebrias. Nos adoramos esa noche.

Hoy por la tarde, mientras esperaba que la negra (sin albur) pasara por mí, tuve la oportunidad de chatear con ella y la encontré con mal de amores y ahí está la hermana Brujísima haciéndola de Dra. Corazón -muy en mi papel- con un master en relaciones de pareja. Y después de todo puedo decir que ella y yo somos grandes amigas.

7 comentarios:

Diego dijo...

Hacía falta que se dieran las condiciones para que pudieran concretar esa amistad, a pesar de la dificultad del ego de Paloma, me da gusto que la aprecies a pesar de eso. :)

Marie dijo...

jaja, está buena esta anécdota, la verdad es que yo tengo muy pocas amigas y las que tengo me han dicho que al principio me veían como una mamona trompuda fresa y que al final se dieron cuenta que valía la pena... me sentí aludida... un beso brujísima

Witchitaa_ dijo...

Hijos, pues la verdad... a mi quien no me ama me odia, no sé por qué (a)


supongo que me parezco mucho a ella por eso nos llevamos tan bien...

ahh y creo que editaré el post cambiando los nombres reales porque luego me regañan por andar poniendo datos de terceros, pero bueno...


un beso queridos!

Brenner dijo...

Una amistad no puede medirse y mucho menos tiene limites; desde el momento que conversas con alguien sabes que le caeras en la puntita del higado [y visceversa] o bien sera tu eterno/a confidente y compañero/a de jarras por toda una vida...

Lo demás sale sobrando.

Yo por eso el viernes organizo reunión, ya los extraño, snif.

Bruja Kozmica dijo...

No lo cambies, es lo que es, y es hermoso.

Nicanor Arenas Bermejo, palabrista dijo...

A veces (no muchas) se me olvida lo maravilloso que es ser humano... pero historias como ésta me hacen redescubrir el misterio de ser persona.

Saludos desde la hoguera

MarthaX dijo...

Cada amor, cada amigo, tiene su momento mágico para hacer clic. Me da gusto que tengas una nueva (gran) amiga. Saludos!