viernes, 14 de septiembre de 2007

Pequeña serenata diurna

Los ojos más abiertos que puede mostrar mi cara, son los que tengo en este momento. Me he quedado perpleja.

Vivo en un país libre
cual solamente puede ser libre
en esta tierra, en este instante
y soy feliz porque soy gigante.

Y me taladra el hipotálamo esa canción. Curiosa la vida que me pone en el camino a personas que aprendo a sentirlas cercanas y con el paso del tiempo les agarro tanto cariño que me es difícil aceptar que un buen día me pueden decir que ya no desean estar a mi lado, así sin más.



Amo a una mujer clara
que amo y me ama
sin pedir nada
o casi nada,
que no es lo mismo
pero es igual.

Y no es nada igual. NO QUE SIEMPRE IBAMOS A SER AMIGOS??? TE DEJO IR, TÚ SABES SI REGRESAS, de mientras yo sigo aquí.




Y si esto fuera poco,
tengo mis cantos
que poco a poco
muelo y rehago
habitando el tiempo,
como le cuadra
a un hombre despierto.

Pero si regresas, quiero que vuelvas a cantarme esta canción, la primera que me cantaste.


Soy feliz,
soy un hombre feliz,
y quiero que me perdonen
por este día
los muertos de mi felicidad.

No hay comentarios.: