lunes, 28 de noviembre de 2005

El silencio de la calle antes del crimen

Ya conozco el silencio de la calle antes del crimen
Y el furor del acecino ante su presa
Y se como manejar la sutileza del juego de miradas entre ambos.

Sentir que sólo me quema lo helado del arma en la mano
-anejo defecto contra el frío-
pero sin titubear confieso el placer del dolor enemigo,
Aunque duela en la entraña y sangre poca esperanza.


Ya se que siente el lobo cuando rodea al carnero
Y también se que le mira a los ojos y ve delirio y excitación
Hambre de devorarlo entero.

Al igual que al lobo
No e importa que guardan sus labios
Ni la forma de su esqueleto
Sólo quiero ver sangre y saciar el hambre

Ya se que blasfemo
Ya se que peco
Y no me importa.

No hay comentarios.: