A mis amigos

Hola a todos. Resulta que este día amanecí especialmente romántica y me han dado ganas de decirles algunas cosas.



Primeramente que la distancia no acaba con el amor que les tengo. Con distancia me refiero a muchas cosas. La que más me puede es la que se mide en metros porque me separa de ustedes, que por desgracia o fortuna no vivimos en la misma ciudad, realmente les extraño demasiado, a veces Navojoa es tan pequeña como mi casa en el universo y me hacen falta porque sé que encuentro comprensión y paz a su lado, así como amor verdadero. Les extraño demasiado.



La otra distancia es la barrera entre nuestras susceptibilidades. Por diferencia de ideas o intereses personales la separación está ahí, marcada aún más, dirán todos, por mi autoexilio; la verdad la sabemos perfectamente cayendo en el confort de la misma distancia. Aún así saben que los quiero mucho.



Nunca nada, ni los kilómetros ni mis exilios, me han limitado para demostrar lo que siento por cada uno. Los quiero y la mayoría del tiempo los necesito. Dentro de mí tengo un poquito de cada uno, me quedo con lo mejor y lo peor lo guardo para los tiempos livianos.



Ustedes, mis amigos, los de siempre y los de ahora, los que han sabido estar ahí a su manera ya nos sabemos y así nos toleramos. En las buenas, malas y peores, les agradezco su aportación a mi vida. En la fiesta, en mis locuras, en el rockandroll y en mi depresión, gracias por aguantarme, también ha sido difícil convivir con ustedes, esto de ser amigos es una condena que pagamos juntos. Los amo.



A las personas maravillosas que tengo la fortuna de conocer de poco tiempo, en quienes me he encontrado de diferentes maneras, les aseguro que no siempre soy como me han conocido, para mi fortuna o mi desgracia, soy como mil personas en una sola, pero ya saben que todo puede ser efímero menos los sentimientos originales y por supuesto verdaderos. Les quiero.



Lo único que puedo desearles es AMOR Y PAZ. Felices siempre.