lunes, 27 de julio de 2009
Un sueño que soñé
Que alguna vez esta loba, en medio de su soledad, encontró a un lobo extraviado en el desierto. Entonces sus miradas se encontraron y se miraron fijamente como quien se reconoce a si mismo mirando el agua. Ella, esta que escribe, sintió el miedo más profundo que jamás pensó sentir, pero lejos de postrarse sumisa, se hubo echado a contemplar el horizonte alzando su cabeza como una esfinge, mientras el macho, también estepario, se acercaba cautelosamente con planes de reconocer aquel comportamiento tan extraño de parte de la hembra loba. Podían olerse el miedo a cientos de metros de distancia, más sin embargo ambos entraron en un rito de apareamiento indescriptible por su cualidad de inédito. Todo era nuevo en el desierto entonces, lobos que no se comportaban como tales, lunas que siempre estaban llenas, dunas y cactaceas como escenografía en la escena de enamoramiento entre fieras salvajes. Esa misma vez, desperté llorando y supe que todo era un sueño, que seguí soñando.
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7 comentarios:
Quien sabe...
Quizás es sólo que aún no se hace realidad
Muchas gracias por tus comentarios.. me han animado a seguir escribiendo, a veces yo tambien sueño...
en el principio fue el sueño...
Qué bueno es soñar y poder recordar con sus colores y mínimos detalles. Abrazos.
Ya dije que se te extraña?
sueños
seria un mundo perfecto... a veces.
ME GUSTÓ!!!! Saludos
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